jueves, 4 de octubre de 2012

Etapa 2. Actividad 1 y 2

Leonora Carrington, Sueño de Sirenas, 1963
Técnica: Óleo sobre lienzo
 

Adieu-Amenhotep, 1955
 
 
Labyrint, 1991
 Técnica: Óleo sobre lienzo
 

Leonora Carrington, Sueño de Sirenas, 1963

Técnica: Óleo sobre lienzo

Este es el cuadro que más nos gustó y al verlo nos expresaríamos llamándolo:

''Voces del Mar''

Erase una vez tres hermanas, hijas de el gran Zeus, eran muy bellas, creídas, malcriadas, rebeldes y vanidosas,

En una de sus rebeldías o grandes maldades, ellas al hacer algo que disgustó demasiado a su padre, recibieron un castigo, enviándolas a vivir al mar, eran tan rebeldes, que les gustaba hacerle travesuras a los humanos, tan bellas diosas seducían a los marinos quienes tenían el temor de ser hechizados por las tan dulces voces,

Un día, un niño apasionado por el mar, decidió ir con su padre a navegar con 7 marineros, cuando de pronto escuchó unas dulces voces que decían su nombre, el niño pensando en que eran alucinaciones de él, no le dio mucha importancia así que siguió con sus actividades,

Más tarde volvió a escuchar esas impresionantes voces pero aún más fuerte, el se sintió un tanto alarmado, pues desconocía quién lo llamaba.

Muy asustado fue corriendo a buscar a su padre a contarle lo sucedido, el hombre sin hacerle caso dijo que estaba loco y que no dijera tonterías, que en el mar no podían pasar cosas así, por sus años de experiencia...

El niño se acercó a la orilla del barco para ver si sucedía de nuevo, de pronto sintió un severo movimiento y empezó a desplazarse por todo el barco muy asustado, en eso vio que algo nadaba por el mar, parecía humano, pero con una gran cola de pez, el muy asustado comenzó a gritar ''¡Hay algo en el mar!, ¡Hay algo en el mar!'', Los tripulantes salieron a ver que era lo que sucedía, al ver que eran cosas tan bellas y tan extrañas tiraron la red y las atraparon, las metieron abajo y las mantenían húmedas, ellas desesperadas y arrepentidas de haberlos molestado, armaron un plan para escapar de ellos, comenzaron a cantar lo más hermoso que pudieron, ellos resistían, pero algunos fueron débiles, los que se acercaban iban muriendo lentamente hasta que quedaron solo 2 hombres, el capitán padre del niño, manejaba el gran barco camino hacia la costa, los dos últimos luchaban por no caer en la tentación y el pequeño al ver lo inútiles que eran los hombres recordó que llevaban un espejo mágico en el sótano, que había sido encargado por los más adinerados de Atenas para una exhibición, arrastró con todas sus fuerzas el espejo hacia las redes de las Sirenas y gritó, ''¡Miren!, tengo un espejo para ustedes, creo se despeinaron de tanto moverse'' las tan tontas y vanidosas señoritas al mirarse en el espejo una especie de energía las arrastró hacia el gran cristal, dejándolas atrapadas ahí dentro para siempre.

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